Huracán Nate

Hoy sábado 8 de octubre leí sobre el huracán Nate por primera vez. Ya entrando en la boca del rio Mississippi. Aquí en Centroamérica hemos estado sufriendo los efectos desde la semana pasada. El gobierno de Nicaragua normalmente se regocija a si mismo (exactamente-yo estaba aquí en 1989 para el huracán Juana y experimenté con mis propios ojos la eficiencia especialmente del ejército en evacuar a la gente) en respuesta a los desastres naturales, pero esta vez no hubo previo aviso y el presidente ha brillado por su ausencia ante los medios. Aunque hubiera perdido algo ya que he estado sin energía hace cinco días.
Ahora, lo que hemos sufrido no tiene la mínima comparación con lo de las islas del caribe y florida – pero algunas partes de Nicaragua han sufrido más daño que nosotros. Empezó con tres días y tres noches de lluvia incesante – la comprensión y tranquilidad de los huéspedes era notable a pesar de que hubo un impacto negativo en sus estadías.
La noche del jueves fue la peor. Estuve la mayor parte de la noche con Chepe, uno de nuestros guardas que llego a ayudar a salvar mi casa de la inundación. Un fallo en el diseño (¡el mío!) significa que la lluvia de la parte del techo se recoge en la terraza y de ahí va directamente a los dormitorios. No es bueno (como diría Donald Trump). Recipientes y cubos tenían que ser vaciados cada media hora…en el jardín que ya tenía algunas pulgadas de agua. A la media noche caí en un profundo sueño dejando a Chepe y a los perros que me protegieran. Me desperté la mañana del viernes ante una escena de devastación total. Comprendía de lo que podía pasar a causa del viento mientras dormía, pero el daño era increíble. Había arboles caídos por todas partes, mi precioso jardín de mariposas se destrozó en pedazos.

Abajo, los restos de mi roble (Oak) que perdió completamente su copa debido al viento.

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Después en La Reserva – un enorme árbol de cedro tumbado al otro lado del jardín de Jan y Alan y cerca de veinte más estaban esparcidos. Afortunadamente los daños estructurales en los edificios fueron leves, un agujero en el techo de la cabaña de Carol y algunos daños menores al centro de estudio. Tengo que decir que los edificios de paja sobrevivieron muy bien a la prueba.

Abajo, este ERA el jardín de Jan y Alan…..

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Pero algunos de los trabajadores de la Mariposa fueron menos afortunados. No hubo ningún herido aquí, sin embargo hubo dos niños ahogados cerca de Diriamba. La mayoría de ellos tuvieron problemas de inundación y también daños en sus techos. Así que el viernes por la mañana hicimos una reunión de emergencia, dividiendo a los trabajadores en grupos para reparar las casas de los demás (La Mariposa pago los materiales necesarios – ¡la cuenta sigue subiendo!).
Jimmy, uno de nuestros maestros, vive con su familia en una casa muy pequeña donde el tanque séptico está justamente afuera de la cocina. Colapso con la lluvia, así que los trabajadores de la Mariposa corrieron para llenar el apestoso hoyo. Uno de los muchos problemas con la instalación de inodoros en situaciones de “Tercer Mundo”.

Abajo, Jimmy inspeccionando su tanque séptico colapsado y un grupo de trabajadores de la Mariposa ayudando a salvarlo.

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Uno de los momentos más tristes fue ver el árbol de Panama caído afuera de la casa de Marlon. Era el último de su especie en esta región y estábamos tratando de cuidarlo…construyendo un muro de retención para proteger sus raíces y también usando abono. No fue suficiente, las raíces simplemente no resistieron la cantidad de humedad en el suelo (esto es lo que hace que los arboles caigan) y luego el viento fue demasiado. Cuatro aracaríes (pequeños tucanes) tenían sus nidos en este árbol… ¡solo un poco más de perdida de hábitat!

Abajo, el gigante caído

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Dado el nivel de deforestación en general en Nicaragua no nos podíamos dar el lujo de perder estos preciosos árboles. Y la respuesta oficial, por lo que puedo decir, ha sido podar y cortar los árboles que están en pie en el área urbana, limpiar el lodo de las caminos (arrastrado por las lluvias de las áreas cercanas sin protección de vegetación) y fumigar, explotando las casas con una mezcla de diésel y supermetrina (supuestamente para matar los mosquitos). Algunos de los campesinos también están cortando los restos de cualquier árbol al menos que sea aguacate o mango.
Igual de deprimente ha sido la respuesta de la gente con la que he hablado hasta ahora. Algunos de los que viven en las áreas urbanas menos afectadas vieron esto como un videojuego. Un evangélico me aseguro que significa que el fin del mundo está cerca – ¡pero eso también había sido predicho para el 21 de septiembre! La reacción más común, después de habernos ayudado unos a otros, fue que no podemos hacer nada excepto seguir como si nada.
Bien, estoy de acuerdo con eso hasta cierto punto. Vamos a replantar los jardines, reparar los techos, y hacer lo mejor para ayudar a la vida salvaje amenazada.
Pero esto es cambio climático. Doce años en Nicaragua y nunca he experimentado lluvia como esta. Esta área normalmente no es directamente golpeada por huracanes. Como dijo el presidente de Antigua y Barbuda, Gaston Browne con respecto a Irma….
“La ciencia es clara. El cambio climático es real en el caribe y estamos viviendo las consecuencias de este. Es lamentable que hay algunos que lo ven diferente”.
Mi propia opinión es que no podemos dejar esto a los políticos. No hay tiempo, aun cuando ellos tengan buenas intenciones. Todos tenemos que actuar y rápido. Plantar arboles donde sea posible – reducir cosas que sabemos que contribuyen al calentamiento global como los viajes, consumo de carne y aceite de palma. Comprar menos, consumir menos de todo – ropa, carros, computadoras, Ipads….si no lo hacemos con voluntad, pienso que seremos forzados a hacerlo – ¡A este paso seguro que pronto no habrá un lugar para viajar!!!

Terminando con una nota de esperanza….Los trabajadores de la Mariposa replantando un árbol de Capulín desarraigado – ¡Este es una importante fuente de comida para aves y vamos a hacer todo lo que podamos para salvarlo!

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